Obesidad y salud

La obesidad se entiende como un aumento anormal de la proporción de células grasas, especialmente en las vísceras y en el tejido subcutáneo del cuerpo, ésta puede ser hiperplásica si se aumenta el número de adipositos o hipertrófica si lo que aumenta es el tamaño de estos.

No debemos confundir “sobrepeso y obesidad”, usados en ocasiones de forma indistinta, pero con significados diferentes. El sobrepeso es un peso corporal que rebasa el llamado peso estándar para una cierta estatura y constitución corporal, mientras la obesidad, como ya hemos comentado, consiste en tener un exceso de grasa corporal.

No se han establecidos estándares exactos para los porcentajes de grasa, pero se toma como valores normales el 20% en hombres y el 30% en mujeres. Valores de 25% en hombres y 35% en mujeres se consideran limítrofes con la obesidad. Los hombres tienden a acumular esta grasa en la parte superior del cuerpo (androide), especialmente en la zona abdominal, mientras que las mujeres tienden a acumularla en la parte inferior del cuerpo (ginoide), especialmente en caderas, nalgas y muslos.

La etiología de la obesidad no es tan sencilla como se cree, puede ser producida por uno o por una combinación de factores. Existe un significativo componente genético en las causas de la obesidad, variando entre un 50 y 70 % según los estudios realizados. Desequilibrios hormonales, traumas emocionales y alteraciones en mecanismos homeostáticos básicos están directa o indirectamente relacionados con la obesidad. A su vez, factores ambientales, como hábitos culturales, una baja actividad física y dietas incorrectas también contribuyen de una forma substancial a la obesidad.

Son muchos los estudios realizados con el fin de concretar cual es el porcentaje de población obesa. En los últimos años esto va en aumento tanto en países industrializados como no industrializados. En España el 15% de las mujeres y el 11% de los hombres son obesos (Estudio SEEDO-97).

Las principales medidas adoptadas en el tratamiento de la obesidad: la dieta, el ejercicio, los fármacos, la cirugía y el tratamiento psicológico. Los dos primeros son los más utilizados y recomendables, teniendo un mayor resultado el uso de ambos a la vez. Los fármacos sólo son indicados para algún tipo de obesidad. La cirugía es el último recurso de aquellos que no responden a los tratamiento anteriores y que son además obesos mórbidos. Sólo se usará el tratamiento psicológico en aquellos con trastornos de la personalidad y el comportamiento.